lunes, 21 de diciembre de 2015

Honre a Dios, no guarde la Navidad


Por muchos años después de darme cuenta de sus vínculos paganos, todavía pensaba que estaba bien guardar la Navidad. Mis intenciones eran buenas. Yo quería honrar a Cristo. Pero, ¿basta con tener buenas intenciones?

Por el Pastor Darlene Lausted, publicado originalmente en la Revista "Buenas Noticias" 
Después de estudiar las Escrituras, me di cuenta que el celebrar un día con raíces en el paganismo antiguo, sin importar qué tan puras fueran mis intenciones, era un insulto para Dios.
Uno de mis versículos favoritos es Deuteronomio 12:32. “Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás”.
Además considere otros dos versículos. “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos del Eterno vuestro Dios que yo os ordeno” (Deuteronomio 4:2). “No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso” (Proverbios 30:6).
En el libro de Jeremías, Dios nos dice que no aprendamos de las costumbres de los demás. Él dice que “no valen nada”. “No aprendan ustedes la conducta de las naciones… las costumbres de los pueblos no tienen valor alguno. Cortan un tronco en el bosque, y un artífice lo labra con un cincel. Lo adornan con oro y plata, y lo afirman con clavos y martillo para que no se tambalee” (Jeremías 10:1-4, Nueva Versión Internacional).
El hombre hizo la Navidad, no Dios. Honrémoslo al no asociarnos con la Navidad.
Fuente: ucg.org

sábado, 16 de mayo de 2015

Teñir las prendas es dar vida nueva

Hoy volví a realizar en mi casa una tarea que se hacia siempre cuando vivía en el campo y era pequeño, o luego cuando emigramos al Pueblo y seguíamos siendo una familia de pocos recursos.
Es teñir con anilina las prendas, que por su uso van perdiendo su color.
Muchas veces la tela esta en buen estado pero al perder color parece vieja y ya no la elegimos para usarla, o la dejamos (para entre-casa o el trabajo) cuando podríamos
 darle nueva vida con solo dedicarles unos minutos.
Con anilina, agua caliente, unos gramos de sal y el cuidado de batir las prendas en el agua durante algo más de media hora podemos recuperar nuestras prendas y lucirlas como nuevas.
Esta era de consumismo no motiva al reciclado, es hora de valorar lo antes se hacia y que aún sigue siendo sumamente útil y económico.
Nestor Salgado